En radiología existen términos utilizados para describir una
radiografía, los que más se utilizarán aquí son el concepto de radiolúcido y radioopaco, siendo el primero las tonalidades negras de la radiografía y el segundo las que se ven de color blanco.
Para sacar una buena radiografía de tórax ésta se debe tomar preferentemente con el paciente en bipedestación ya que así hay un mayor descenso del diafragma, se puede visualizar posibles niveles hidroaéreos, se previene la ingurgitación y también ayuda a prevenir la hiperemia.
Sabiendo esto nos preguntaremos ¿Qué podemos ver en una radiografía normal de tórax?
Los campos pulmonares se pueden ver radiolúcidos
principalmente por al aire, y en ellos se pueden ver estructuras radioopacas
que corresponderán a las venas y arterias pulmonares. También se verá
radioopaco el mediastino, el corazón y la aorta. Entre medio del mediastino
podemos notar una estructura radiolúcida que corresponde a la tráquea.
Los arcos costales anteriores se ven oblicos hacia medial e inferior y sus contornos no se definen bien, mientras que los posteriores se ven más horizontales y sus contornos son diferenciables, excepto los de las últimas costillas.
También se pueden visualizar entre los cuerpos vertebrales los procesos espinosos los cuales se ven alargados.
Otras cosas que podemos visualizar que son normales pero si no sabemos diferenciarlas podemos equivocarnos en algún diagnóstico pueden ser:
pezones, lunares, pelo húmedo o comprimido, collares o adornos que no se haya quitado el paciente, pliegues cutáneos, prótesis, asimetrías mamarias o bien una rotación de la caja torácica.
A modo de reflexión podemos decir que si bien el estudio de radiografías normales no nos ayudará a afinar nuestro ojo clínico, es importante y necesario conocer bien lo normal para poder luego identificar lo anormal en nuestros pacientes.
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